"Introducción al cambio"

 El Arte Textil forma parte de nuestra cultura mas ancestral, casi olvidada hoy está cobrando gran valor, ya que es el oficio con el que se muestra que el arte no está sólo en las paredes, sino que los tejidos, usados como lienzos, por ejemplo, son intervenciones artísticas que parten de un sentimiento, emoción o placer. Prendas de vestir y ropa de hogar, se convierten en piezas exclusivas que bien podrían sacarnos del atedio causado por la moda.

  

 

 “Harta, con H” es una colección que comenzó en un momento bien delicado para mi de la que no quiero ni hablar ni recordar. Un buen día, desvelada por completo y en pelotas, sin más miramientos y llena de rabia, me puse a pintar rallas sobre blanco, rayajos bien marcados en negro que de arriba a abajo y viceversa, intentaban tachar los miedos que llevaba clavados en mi alma, sintiéndome así capaz de llegar al fondo de mi ser para destruir por completo los dolores de cabeza que me causaba tal situación, recuperando poco a poco el sueño y terminar sonriendo antes de volverme a dormir. 

Los trazos y esta espontaneidad con la que pinto, son para mi garabatos en toda regla, son mi propia terapia, una liberación, mi escondite, un refugio cálido o un soplo de aire fresco, (según el frío que haga), ese y solo ese es el momento exacto en el que pensando en lo que siento, son mis manos son las que pintan, las que ejecutan aquello que llevo en la cabeza y al mismo tiempo mi corazón siente, y ahí quedo fijada, descansada y aliviada.

Quiero vivir así, pero claro, a veces flaqueo al ver como está mi mundo, tiemblo con los pelos de gallina que rodea mi cuerpo, escucho recuerdos como si fueran las melodías de mi diario, saboreo el miedo y huelo la muerte como aliada de vida.

Quiero vivir ese cambio que me devuelva la ilusión de ver un mundo mejor, oler a mar y escuchar el silencio, despertar sin dejar de paladear Con Sumo Placer, el cuerpo en el que habita el amor, mi propia piel, y grita, también quiero gritar que estoy viva, y libre quiero vivir.

Fotos: Alain Dacheux

Texto: Sonia Sempere