Elijo los lienzos sobre los que pintar, y al hacerlo, quiero que sean tejidos nobles y de calidad; el algodón orgánico 100%, reciclar las fundas nórdicas que no se vendieron y que aún guardo en los cajones de mi casa, y esas sábanas de dote bordadas a mano con el cariño de una mujer o monja, aquellas tan suaves y frescas que un día no quisieron y que me dieron para que hiciera con ellas lo que quisiera.
Pues bien, con todo ello se han cosido estas prendas que veis a continuación.
Prendas que han ido surgiendo de la imaginación, unas con un patrón exquisito de la mano de Susa Plaza y otras, de la tremenda espontaneidad que surge entre Rita Von y yo.
Una colección de ropa atrevida con las que por fin, salir a la calle vestida con ellas es lo mismo que vestir con cuadros; con colores vistosos y garabatos que los enlaza formando vete a saber qué, siempre dejando echar la imaginación de quien lo mira.