Siete días han pasado desde que te fuiste de mi lado.
Largas horas de espera, eternas como una semana, como meses, como años...
Largos días,
pesados, duros y frios como los infinitos peldaños
que conducen a la torre donde me hallo encerrada
esperando con ganas que vuelvas a mi cama
y susurrarte al oído en voz baja
que todavía te amo.
Siete velas iluminan mi cuarto,
separan luces y sombras formando nuevos mundos
de pelusas, hilos y telarañas.
Pequeños mundos en prensas claras
con con estampados de marañas, árboles y garabatos,
que poco a poco he ido pintando para entregarte a ti,
aqui y a oscuras
besos, caricias y abrazos.
sin verte, sin poder estar a tu lado,
transparentes lágrimas cayeron mientras dormía,
abrazada a tu almohada,
Siete lágrimas cayeron, una por cada vida,
contadas con los dedos de mis manos eran siete,
como los enanos de Blancanives, los pecados capitales, los ginetes,
Siete son los besos que desde aqui te mando,
pintados en negro carbón, disfrazados, camuflados...
Si los buscas detenidamente verás que están pintados
con estas manos
y la sangre de mis labios.
Texto y fotos: Sonia Sempere
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