El resultado de una buena siesta,
el de un sueño,
el de una necesidad,
el de un arrebato.
Llámalo como te de la gana o no le pongas nombre,
o es que si o que no, o te gusta o no te gusta, o lo deseas o no lo quieres.
NO pienses el como y hazlo.
Un vestido cosido y pintado a mano tiene ese valor añadido.
El de un sueño compartido!
Sonia Sempere
!Hola,Sonia!
ResponderEliminarEs la primera vez en mi vida que veo algo tan hermoso plasmado en una tela,tus creaciones tienen poesía,tus letras invitan a soñar.
Muchas gracias por seguir mi humilde espacio.Me quedo contigo para acompañarte en tu viaje bloguero.Muchos besitos y felicidades por tan hermoso espacio y bellas creaciones.
Hola, Sonia.
ResponderEliminarHace poco escribí que las casualidades, la mayoría de las veces, me hacen disfrutar de sucesos extraordinarios. Y es lo que acaba de ocurrir. La casualidad de reencontrarte, gracias a Consuelo, después de haber descubierto tus prendas maravillosas en la feria de Ruzafa, y enterarme por el blog que, además, te gusta escribir. Casualidad, coincidencia, el azar,...sea lo que sea, me alegro, y espero que se repita.
Un beso
Pues mola la pieza, aunque yo no tengo criterio, pero sé lo que me gusta. Y sé del acceso que dan los vestidos...
ResponderEliminarCon eso sobra!!!!!
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