Parto de la nada y poco a poco abro mi mundo. Ilusionada.
Y así un día te sorprendí mirándome a los ojos, fijamente, sin apartarme la mirada, descarada, desafiante pero también apenada, vacía, gris y larga me pedias algo. Un capricho que hace vidas no concedía a nadie, años sin hacer nada. Sin casi acertar en que ese fuera tu deseo, cogí un rotulador y te puse ramas negras, flores rojas, luciérnagas plateadas... Entonces sucedió algo y echamos juntas tantas carcajadas que despertaron esas hormigas que llevamos en el estómago, que duermen todo el año y despiertan sólo con la magia de una ilusión, una esperanza. Sentimientos tan especiales que son capaces secar mares, de mover montañas, de frenar huracanes, como cuando estuve enamorada de ese hombre. Y te vi ahí tumbada, tan guapa!!!!!!!
Ahora te siento dentro, confiada y tranquila me inspiras, me sorprendo por tener el poder trasformar el blanco en lo que me pidas, te veo en la nube transparente de mis ojos, te llevo en el viento rojo que corre por mis venas y hace que lata mi corazón, muerdo satisfecha la manzana de la salvación eterna y, escuchando tus gritos mientras vuelas por el cielo vestida de negro, mueves mi vestido, mi pelo, me rozas la cara, supiro y al abrir mis ojos veo que no es un sueño.
Sonia Sempere
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