Cada vez que terminamos una jornada, nos quedamos unas cuantas amistades dentro y
mientras recogemos, sacamos la conclusión de que vale la pena seguir adelante.
La gente se divierte y se conoce dentro de nuestro taller como si, por arte de magia, un halo de buen rollo nos atravesase cual flecha de Cupido.
Perchas, paredes y muebles improvisados se llenan de piezas de arte; la gente observa, se interesa, y pregunta mientras Xino DJ pone música, Claudia nos prepara un piscolabis y el resto disfruta del evento hasta la hora del concierto; es el momento de escuchar a Mono, con la boca abierta.
Gracias Visa y a Missgotelë por estar a nuestro lado.
Sonia Sempere
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