jueves, 17 de octubre de 2013

Entre lianas y pájaros andamos atados.



Si mi boca aún te nombra, 
me enfrentaré a ti sola, sin armadura,
esperaré a que salga la luna y a su sombra,
buscaré en mis recuerdos, 
contenta y sonriendo por supuesto,
las cosas que nos hemos dado, 
y aprenderé a mirarlas con toda cordura,
sin tanto miedo, 
pues no tengo miedo si no pánico, 
de perder nuestros recuerdos. 





























Son tantos los buenos momentos y fuertes los miedos,
que al guardrlos o mas bien por temerlos
llegar a esconderlos tan... pero tan adentro,
que si no los encuentro y uno a uno los cuento,
entraría en pánico,
ya que no me podría permitir el lujo olvidarlos,
y mucho menos de perderlos.























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